Es importante aprender a procesar nuestras pérdidas desde pequeños. Existen distintos tipos de pérdidas, cada una implicará un tiempo distinto de duelo, dependiendo su naturaleza e impacto en la vida de cada niño.
Muerte de una mascota
Pérdida de amigos y compañeros de colegio por el cambio de escuela o ciudad.
Pérdida de la casa conocida tras una mudanza.
Ausencias prolongadas o abandono de los padres.
Muerte de un abuelo o abuela.
Muerte de su padre o madre.
Muerte de un familiar o amigo.
El divorcio de sus padres
En muchas ocasiones me han preguntado si se debe abordar esté tema con los niños o si es mejor no hacer nada. Definitivamente se debe hacer algo, para evitar que los seres queridos se conviertan en nuestros propios fantasmas.
En este articulo, expondré las opiniones de varios expertos sobre las pautas para actuar lo mejor posible en cada caso.
Empezaré contando mi propia experiencia:
Cuando yo tenia 7 años de edad murió mi bisabuela materna. La recuerdo cómo una mujer confusa, ya que desde que tengo memoria nunca recordaba mi nombre y fue poco afectiva conmigo. Pocos meses antes de morir estuvo de visita en mi casa, no recuerdo exactamente que paso, pero por alguna razón esa visita no me dejo un buen sabor de boca.
El día que falleció mi bisabuela... mi mamá llego cuando yo me estaba bañando y me dijo con la voz quebrada -Apúrate, nos tenemos que ir, porque acaba de morir mi abuela y tengo que estar con mis hermanas y mi mamá en su velorio -
Y tan, tan eso fue todo, nadie me hablo más del asunto.
Y tan, tan eso fue todo, nadie me hablo más del asunto.
A partir de ese día, cada que entraba a bañarme tenía mucho miedo, recuerdo que la peor parte era cuando me ponía el shampoo, porque quería cerrar los ojos para que no me ardieran, pero al mismo tiempo me daba mucho miedo hacerlo, por qué literalmente sentía su presencia y pensaba que mi bisabuela podría hacerme daño, además sentía culpa por temerle, creía que yo no era una buena persona al tener sentimientos de miedo por un familiar.
Nunca le platique esto a nadie y viví con este miedo hasta los once años, que fue cuando poco a poco empece a entender que no había ninguna presencia real. Y entendí perfectamente lo que me había pasado hasta mi edad adulta ya siendo profesional.
Por esta experiencia sé que el simplemente no hacer nada, no es la mejor opción hablando sobre afrontar y entender la muerte en la infancia, independientemente de la relación que existía entre mi bisabuela y yo, estaba afrontando por primera vez una muerte cercana y esto implicaba una perdida, el haber tenido un poco más de información y atención a la percepción que yo tenía, pudo haber evitado mis miedos y culpas por tantos años, que no era más que el resultado de haber supuesto que al ser una niña, yo no necesitaba nada más. Hoy entiendo que necesitaba saber más, necesitaba un abrazo y necesitaba hacer mi duelo.
Recordemos que cada persona afronta de forma diferente sus pérdidas o momentos difíciles y el hecho de ver a algunas personas tranquilas y a otras alteradas, no quiere decir que alguna sienta más dolor que otra, este es un tema en el que no caben las comparaciones.
Los niños aprenden en gran medida sobre el duelo y la pérdida de lo que los adultos les dicen y sobre todo de lo que observaban y perciben de nosotros, por eso antes de continuar contesta las siguientes tres preguntas:
¿Cómo vives tu las pérdidas?
¿Qué piensas sobre ellas?
¿Qué sientes sobre ellas?
Hablando específicamente de la muerte, que es la pérdida más dolorosa por ser irreparable ¿Qué piensas?
Al tocar el tema de la muerte la mayoría de las personas admiten que es un tema que evitan tratar, como si no tocarlo alejara la muerte de nuestras vidas. Por eso lo primero que debemos aceptar es que la muerte es parte de la vida y que evitar mencionarla no logra que deje de existir, por eso es necesario hablar sobre ella, aceptarla y entender que el dolor y proceso que se vive ante ella es natural y sano.
Queremos evitar el sufrimiento en los niños al no hablar sobre estos temas y en ocasiones no alcanzamos a medir la magnitud de los daños que una pérdida mal dirigida, puede estar provocando en ellos.
No hay forma de ocultar la pérdida, los niños captan nuestras emociones, perciben los cambios y dan valor a nuestras conductas, aunque ellos no digan nada, se dan cuenta de que algo pasa y este silencio puede provocar en ellos ansiedad y miedo.
Si realmente queremos proteger a los niños, debemos ayudarlos a comprender esta realidad, enseñarlos a reconocer las emociones que les genera la pérdida y orientarlos, conocer sus ideas y consolarlos cuando estás los dañen, les causen ansiedad o culpa. Acompañarlos resolviendo sus dudas, inquietudes y temores.
No debemos inquietarnos cuando los niños lloran, el llorar es sano y los ayuda a ir superando poco a poco la pérdida, en esos momentos nuestro papel es estar a su lado y si son capaces de hablar y compartir lo que sienten, animarlos a expresarse.
Esto además de desahogo, nos permite ubicar la etapa del duelo en que se encuentra el afectado.
Según la doctora Elisabeth Kübler-Ross son las 5 etapas del duelo por las que se transita para sanar la pérdida de un ser querido:
1. Negación
2. Ira
3. Negociación
4. Depresión
5. Aceptación
Por lo tanto si deseamos que una persona supere su pérdida sana y naturalmente, no debemos tratar de evitar que se enoje o se sienta triste por qué son emociones necesarias y normales que se deben pasar en el proceso de duelo.
Debemos aprender a escuchar sin hablar, esto implica no querer aliviar, no querer decir lo adecuado para evitar dolor, no querer dar soluciones para acortar el duelo. Implica aceptar todas las emociones que se van dando a lo largo de un proceso que puede durar meses y en algunos casos un par de años.
Durante este proceso los niños van a necesitar mucho amor y ternura.
¿Quién debe comunicar la noticia?
La noticia la debe transmitir una persona cercana al niño, de preferencia los padres o alguien que lo conozca muy bien y con quien el niño se sienta cómodo. (La persona debe estar controlada para no asustar o perjudicar con sus emociones al niño)
¿Cuándo se debe dar la noticia?
De inmediato, ya que abra movimientos, conductas y comentarios que el niño notará y debe estar preparado para entender lo que pasa.
¿Donde se debe dar la noticia?
Un lugar íntimo y tranquilo para que no se den interrupciones y ambas partes se puedan expresar libremente.
¿Cómo comunicarles a los niños sobre una perdida?
- Busca un lugar tranquilo para dar la noticia
- Póntelo en tu regazo o abrázalo y háblale sobre la muerte.
- Emplea palabras sencillas y sobre todo sinceras.
- Si ya le habían explicado con anterioridad el tema con un cuento o algún ejemplo cercano, pídele que recuerde la historia.
- No evites decir la palabra muerte o “ha muerto”
- No evites expresar tus propias emociones mientras hablas con él o ella; todo ello será para tu hijo bueno y además un buen aprendizaje.
Puedes decirle lo siguiente:
“Ha ocurrido algo muy muy triste.
___________ ha muerto.
Ya no estará más con nosotros porque ha dejado de vivir.
Lo vamos a echar mucho, mucho de menos”
Yo me siento muy triste….
Explícales también con pocas palabras cómo ha muerto el ser querido. Por ejemplo:
Recuerdas que __________ ha estado muy, muy, muy enfermo durante mucho tiempo. La enfermedad que sufría le ha causado la muerte.
____________ ha tenido un accidente. Quedó muy, muy, muy mal herido y el accidente le ha causado la muerte.
____________ era muy, muy viejecito, su cuerpo tenía muchos años y estaba muy frágil y eso le ha causado la muerte.
No esta bien decirles mentiras como: “Se fue de viaje”… porque en primer lugar tarde o temprano descubrirá que le mentiste, además se puede sentir abandonado, generar ansiedad y confusión y tu te sentirás muy mal por ser deshonesto (a).
Al niño o niña que le han dicho que su __________ ha desaparecido o que se ha ido... Meses y años después aún sigue esperándolo con gran angustia y dolor porque no puede entender por qué se ha ido. Esta comprobado que en estos casos los niños sufren más y por más tiempo. Al no saber la verdad no pueden elaborar el duelo por la muerte y en la mayoría de los casos se desarrollan patologías emocionales y conductuales por todos los estragos que deja el silencio y la mentira en la relación familiar.
De acuerdo a la edad y cercanía con la persona fallecida, les surgirán muchas dudas a los niños, por lo que debemos alentarlos a expresarse y debemos tener la disposición para responder.
Existen 4 aspectos fundamentales a tratar sobre la muerte y se debe abordar de acuerdo a la edad sin ser confusos o utilizar metáforas.
Estos 4 puntos se deben explicar cómo son para evitar malas interpretaciones.
1. Es irreversible
2. Es universal (Todo ser vivo morirá en algún momento)
3. El cuerpo deja de funcionar (ya no caminará, ni comerá, ni sentirá dolor, frío o calor)
4. Existe una causa (edad, enfermedad, accidente)
¿Cómo viven los niños las pérdidas de acuerdo a su edad?
De los 3 a los 6 años: Creen que la muerte o pérdida es temporal y reversible, por lo que debemos recordarles en diferentes momentos lo que ya hemos hablado. Creen que la persona que murió puede seguir teniendo sentimientos, creen que nos miran y nos escuchan. Piensan que sus padres y ellos mismos no van a morir y cuando llegan a pensarlo se asustan mucho. Interpretan de forma literal todas nuestras palabras.
De los 6 a los 10 años: Ya entienden que la muerte es irreversible, entienden la diferencia entre estar vivos o muertos, pueden desarrollar sentimientos de culpa, les inquieta que otros seres queridos puedan morir también y quedar desamparados. Desarrollan interés por los ritos funerarios y ya se interesan por participar en ellos.
Preadolescentes y adolescentes: Comprenden en su totalidad el concepto de la muerte y todos sus aspectos, son conscientes de su propia mortalidad, les interesa saber sobre las creencias religiosas y culturales, aunque pueden comportarse escépticos. Ya participan en los ritos funerarios. Tienen mayor conciencia de los cambios que traerá la pérdida, por lo que es importante tranquilizarlos al respecto. Les cuesta mucho verbalizar lo que sienten y piensan sobre la muerte, por lo que debemos mantenernos alerta y dispuestos para cuando ellos necesiten apoyo.
La despedida
Es muy importante que los niños de cualquier edad despidan al ser querido que muere. Algunos niños expresan su dolor y pena con más facilidad que otros, según las edades y el entorno familiar.
No es recomendable que los niños pequeños asistan a los ritos funerarios, por qué en ocasiones puede ser muy impactante la manera en que algunos adultos expresan su dolor, además de que no entienden bien que es lo que esta pasando. Pero esto ya depende de cada familia, cultura, costumbres y religión. Si la celebración es un momento de acogimiento y apoyo comunitario puede servir al niño para sentirse apoyado.
Cómo sea el niño debe de tener un momento para hacer una despedida personal y sentida. El niño afronta mejor la pérdida en un entorno seguro, afectuoso y cálido que promueva y fomente la expresión de las emociones.
Se recomienda realizar una actividad o ritual de despedida que les ayude a decir adiós y a aceptar el hecho de que ya nunca volverán a ver a ese ser que amaban, ni a hablar con él.
En compañía del padre o madre que sobrevive o de un familiar o amigo cercano que les ayudará afectivamente a la aceptación de la pérdida y despedida.
Actividades para hacer una despedida:
Hacer un dibujo o una carta o ambas (dependiendo la edad)
Sirve para cualquier edad. Puede ser un dibujo del niño o niña con el fallecido o solo del fallecido.
Debemos animarlo a que se exprese y use colores que le permitan exponer lo mucho que lo quería y lo bien que estaban juntos.
Debemos animarlo a que se exprese y use colores que le permitan exponer lo mucho que lo quería y lo bien que estaban juntos.
Escribir una carta recordando, agradeciendo y diciendo adiós.
Es recomendable ayudarle a hablar del ser amado que ha perdido mientras va dibujando, si el menor así lo desea.
Después puede llevar el dibujo o carta al cementerio y dejarlo acompañado de un par de flores, orar y despedirse al entregar el dibujo. Puede enterrar la carta en algún parque o lugar favorito de la persona que murió, también puede con ayuda de un adulto quemar la carta y simular que así llegara de alguna manera a esa persona.
También se puede hacer un collage o caja de recuerdos con fotos y objetos.
Para lograr apoyar a un niño, debemos empezar por entender que la muerte y los cambios son parte de la vida.
Si quieres saber más sobre este tema, a continuación encontrarás recomendaciones y enlaces para acceder a guías y cuentos que te permitirán conocer más, además de que te orientan y brindan ejemplos que te ayudan a actuar mejor en estos casos.
Cuento el pato y la muerta: Elbruch elabora una historia sobre la amistad y la pérdida, donde estos dos entrañables personajes reflexionan acerca de la muerte y todo lo que ella conlleva.
Libros de la autora: Elisabeth Kübler-Ross
Para trabajar otros duelos:
Cambio de escuela:
- Podría llevar una libreta bonita a la Escuela en donde pida a sus compañeros y maestros que le escriban una frase de despedida.
- El niño que se va puede hacer un dibujo que represente su amor y buenos momentos en la Escuela y pegarlo en un lugar especial de su salón de clases.
- Tomarse una fotografía con sus compañeros y escribir un agradecimiento y un adiós.
Cambio de casa:
- Recorrer cada espacio de la casa diciendo adiós y agradeciendo, dando principal atención a los lugares preferidos para jugar y pasar el tiempo.
- Hacer un dibujo para recordar su casa o para dejarlo como agradecimiento a la casa colgándolo en un lugar especial.
- Al llegar a la nueva casa hacer una comida o una convivencia espacial para festejar la bienvenida al nuevo hogar.
Pérdida de una Mascota:
- Qué el niño haga un dibujo de su mascota en donde estén integradas las palabras gracias y adiós.
- Si la mascota tenía un juguete preferido tomarlo junto con la carta y enterrarlos en el patio de casa o un lugar cercano.
- Si es posible sembrar un pequeño árbol, hacer un hoyo para sembrarlo y colocar la carta y el juguete en el mismo hoyo, para que simbolice que la vida continua.
Mientras se hace este ritual de despedida hablar de la mascota, las cosas divertidas que hacía y de lo mucho que lo vamos a extrañar.
Si la mascota era pequeña (pez, hámster) se puede colocar en una cajita y enterrarla junto con el dibujo y el juguete.
Leer el cuento: Yo siempre te querré 👈🏼
Divorcio:
Autor: Ana Luisa Brocado
Bibliografía:
Garcia, C. El duelo en la infancia de 0-12 años. Edukame
Hablemos de duelo, manual práctico para abordar la muerte con niños y adolescentes. FMLC
Explícame ¿Qué ha pasado? Guía para ayudar a los adultos a hablar del duelo y la muerte con los niños. FMLC
Imágenes tomadas del Google cuento "La muerte y el pato" de Wolf Erlbruch.