Cómo se menciona en el tema de sexualidad en la infancia uno de los principales riesgos que se presentan hoy en día, es que los niños y jóvenes están expuestos a información inadecuada que afecta y distorsiona su percepción de la realidad (modas, estereotipos, violencia, sexo explícito, invitaciones a realizar retos que atentan contra su salud, vida e integridad...). Nada de estos es nuevo, sin embargo la difusión y la rapidez con la que llegan estas ideas a cualquier rincón del planeta es lo que dificulta controlar y proteger a los niños y jóvenes.
Por otro lado en la naturaleza humana es normal la curiosidad en relación a las diferencias sexuales, es normal la atracción, es normal querer saber cómo surge la vida, es normal querer ser aceptado en un grupo y es normal desear identificarnos con nuestra comunidad. Los niños y jóvenes están cotidianamente en busca de lograr saber, entender y ser aceptados; pero les falta la madurez y criterio para saber elegir lo que más le conviene.
Ante este panorama debemos ser ecuánimes y actuar sin juzgar, evadir o reprimir, entendiendo que este deseo no surge porque sean malos o estén mal, es algo natural y están en la búsqueda de su propia identidad.
Así que la invitación es: trabaja en tus prejuicios, prepárate y mantente informado, para actuar a tiempo.
Subrayó el internet, televisión y dispositivos móviles están provocando que sea casi imposible evitar que un niño reciba información incorrecta e inoportuna desde antes de llegar a la pubertad, por eso es tan importante adelantarnos y actuar antes de que el entorno se nos adelante. No por que un niño sea inocente, significa que no estará expuesto.
"Los padres que se niegan a ver y afrontar está realidad, son los que más exponen a sus hijos a salir dañados con ella", porque no los están preparando para saber actuar y proteger su integridad.
¿Cuándo hacerlo?
¿Qué hacer?
Aquí radica la importancia de conocer a los hijos y tener buena comunicación con ellos.
Porque para identificar cuándo es el momento de hablar, debemos saber leer las señales sutiles las cuales pueden variar dependiendo de la personalidad de cada hijo.
Algunas señales sutiles pueden ser: acercarse más, alejarse, hacer preguntas, estar nerviosos, distraídos, ausentes, eufóricos, apagados, contar historias o cuestionar utilizando como apoyo el decir que a un amigo le pasó... En fin cada hijo expresa sus inquietudes, su necesidad de apoyo o información de diferentes maneras, aunque tengamos lazos afectivos fuertes y buena comunicación es probable que ante temas fuertes los hijos no encuentren la manera de decirlo por eso debemos estar muy atentos. Los padres ausentes que no han invertido tiempo en jugar, hablar y conocer a sus hijos difícilmente estarán preparados para identificar certeramente los avisos que alerten sobre cambios y sucesos importantes.
Cuando notamos cambios debemos observar más, para identificar causas. Si no logramos ver nada, debemos preguntar y si no obtenemos respuesta o cooperación, es momento de adelantarse. No esperes a que obtengan información de alguna fuente inadecuada.
- Habla siempre con la verdad, no niegues las cosas, sólo ten la debida precaución para adaptar la información de acuerdo a la edad, en busca de que sepa cuidar su integridad e identifique lo que pueda lastimarlo.*
- Se cauteloso y actúa con tacto para ganar su confianza. No se trata de imponer posturas o mandar conductas, por el contrario se debe mandar un mensaje positivo para que el hijo sepa que no hay nada que temer u ocultar, que siempre pueden preguntar libremente y que si como padres no tenemos la respuesta a todo si podemos investigar juntos.*
- Conoce a las personas y amigos con quienes convive, observa como hablan y se comportan.
- Mantén contacto con maestros de su plantel educativo. Recuerda que está en la escuela durante 6 horas o más, 5 días a la semana. Seguramente han observado conductas y escuchado conversaciones que jamás hubieras pensado.
- Debes estar muy atento cuando está frente al televisor, videojuegos, lecturas, etc... y observa sus intereses y reacciones ante la información que recibe y si consideras que algún interés puede dañar su integridad, no esperes más, infórmate y oriéntalo tal como se expone en los puntos 1* y 2*.
Cuando le proporciones información debe cumplir los siguientes puntos:
- Veraz
- Concreta
- Actual
- Debe atender al plano psicológico, fisiológico y emocional
- Basada en los principios y valores de la familia
- Interesante
- Digerible
- Adaptada a la edad y madurez del receptor
- Exponer la información con delicadeza y paulatinamente
- Debes estar bien informado y si surgen dudas, investigar.
Para lograr transmitir la información debes:
- Aceptar tus prejuicios.
- Aceptar tu ignorancia cundo no sepas de algún tema.
- Prepararte en temas que te apoyen y ayuden a ser un buen orientador cómo: psicología positiva, adolescencia, sexualidad, problemas de actualidad...
- Platicar con especialistas y padres que lograron pasar esta etapa con éxito.
- Debes estar dispuesto a escuchar sin alarmarte.
- Tener buena actitud y motivación.
- Recordar en todo momento que lo que intentas es orientarlo y enseñarle a cuidad su integridad emocional, física, psicológica, moral... y no convéncelo de que sea cómo tú quieres.
Artículo escrito por: Psic. A. Brocado
Referencias:
Zuloaga, J. Franco, N. (2014) Adolescencia, una guía para padres. ISBN: 978-1-4633-9160-7
Callejo, J. Gutiérrez, J. (2013) Adolescencia entre pantallas; UNED. eISBN: 978-84-9784-700-1
Borbolla, J. (2011) Profesión mamá, la maestría. ISBN: 978-607-9347-21-5
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