martes, 27 de marzo de 2018

Un niño debe de resolver sus problemas

La dificultad de esta premisa, recae en la idea de que es nuestro deber ayudar y resolver los problemas de los hijos, alumnos o pequeños con quienes convivimos pero no, no debemos resolver sus problemas, la mayoría de los problemas que se le presentan a un niño son de acuerdo a su edad, desarrollo y capacidad, por lo que debemos confiar en que ellos pueden lograrlo.
Podemos orientarlos, impulsarlos, pero jamás ir y resolver cada situación.

Conocí un caso, en que una mamá acudía a diario a discutir con algún maestro, padres de compañeros de su hijo y directivos, porque su hijo se quejaba con ella al llegar a casa y al otro día la súper mamá llegaba a defender y resolver cada situación tan simple y cotidiana qué en pocos meses y sin darse cuenta la mayor parte de su tiempo lo dedicaba a resolver todo en torno a su hijo, incluso hacer sus deberes y actividades para la qué la mayoría de los niños de su edad, no necesitaban ningún apoyo. 

Por eso debemos estar atentos a las capacidades de nuestros niños, para que conforme van creciendo les demos la oportunidad de resolver los retos diarios. 

Hay que dar oportunidades, para que el niño elija juegos, ropa, qué libro quiere que se le lea, qué desea cenar, etc. Una vez hecha la elección, la debe llevar hasta el final y no se le deben permitir conductas caprichosas. Tiene que experimentar las consecuencias de una elección equivocada. Por ejemplo: aburrimiento, cansancio, malestar, etc. Esta lección le servirá para ser más reflexivo y valorar aspectos positivos y negativos de sus elecciones, para que aprenda a tomar buenas decisiones.

Aprender a tomar decisiones le ayudará a resolver sus necesidades y las de los demás. Fomenta su desarrollo cognitivo, su independencia y su conducta adaptativa. 

La indecisión es una forma de irresponsabilidad. Es dejar la carga para que otros resuelvan lo que uno no se atreve o no quiere hacer. 

En los niños pequeños es normal y frecuente que no decidan nada, aunque deberían presentárseles la oportunidad para hacerlo. Al principio habrá que enseñarles dándoles dos posibilidades: “¿Qué quieres para cenar, sándwich o quesadilla? ¿Qué pantalón quieres ponerte, el rojo o el azul?" Después se puede pasar a presentarle tres o más alternativas y, cuando elija, debe explicar el porqué de su decisión. 
Pedir que se razonen las decisiones es el modo de enseñar a no obrar de un modo caprichoso o impulsivo. 

Es muy importante que se les permita participar en otras decisiones familiares mientras observan cómo los padres sopesan las ventajas e inconvenientes. 
Es frecuente que los niños pregunten: "¿Qué hago?" y una vez que obtienen una respuesta, la rechacen. Es un modo de llamar la atención del adulto o una incapacidad para afrontar decisiones. 
Cuando el niño tiene poca confianza en sí mismo deberemos ayudarle proponiéndole elecciones que supongan poco riesgo y ayudándole con pautas que faciliten su elección: 
“¿Qué prefieres llevar a la parque, el balón o la bici? ¿Qué ponemos de postre, manzana o yogur?” 
Es bueno que los padres pidan sugerencias a los hijos para resolver alguna situación problemática cotidiana. 

Por otro lado cuando tienen alguna dificultad con algún compañero de juego, debemos darle la pauta para que el mismo hable y resuelva su conflicto. 

Enseñar a tolerar cambios imprevistos y que suponen una alteración de su plan tras una decisión tomada. 

Enseñar a un niño a tomar sus propias decisiones y resolver sus conflictos puede parecer más complicado que resolverlo nosotros como adultos, sin embargo conforme el pequeño va creciendo, iremos disfrutando de las ventajas de que sea una persona independiente, con la capacidad para tomar sus propias decisiones y al llegar a la adolescencia será una herramienta útil, porque al estar acostumbrado a reflexionar sobre sus actos y consecuencias, tendrá mayor oportunidad de no hacer y repetir los errores de la mayoría.

Además de las actividades diarias que utilices para enseñar al niño a resolver problemáticas, también puedes utilizar materiales como juegos de destrezas, cuentos, videos y películas. 



    



       










  





Artículo escrito por: Psic. Ana Luisa B. 

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