sábado, 3 de marzo de 2018

Educar hijos responsables, para que sean personas autónomas

Educar es ayudar a la persona a alcanzar la capacidad de ser independiente, de valerse por sí misma, de tomar decisiones, de hacer uso de la libertad desde el conocimiento de sus posibilidades, esto conlleva un proceso largo, que se inicia en la familia y tiene su continuidad en la escuela y la sociedad. 



¿Cómo educar hijos responsables? 

En los primeros años de la vida del niño la responsabilidad tiene que ir asociada al juego y, paulatinamente, se irá incorporando a otras actividades, hasta dar paso a la obligación. 
Este aprendizaje se produce por imitación y requiere exigencias, expectativas claras y tiempo de dedicación. 

Todos los niños y niñas necesitan un equilibrio entre juego y trabajo; el cuidado de uno mismo y las tareas del hogar pueden servir para que se ejercite en unas responsabilidades concretas. 

Primero debes tener muy claras las responsabilidades de cada miembro de la familia e incluso escribirlas en una pizarra o panel de corcho. Cada uno debe saber qué tiene que hacer, cómo y cuándo debe hacerlo para que se responsabilice, haya colaboración en las tareas comunes de la familia y no se cargue de tareas a un miembro en particular. Si se cuida esto, se logrará una mayor eficacia y calidad de vida. 
Es importante que las personas adultas que conviven con niños se pongan de acuerdo en qué responsabilidades se les van a exigir. La  discrepancia entre lo que exigen o permiten unos y otros miembros de la familia, favorece el incumplimiento de las tareas que no le gustan al niño, así como su justificación para no hacerlas. 

Por ejemplo: 
A veces papá dice: - Al terminar de jugar, colocas los juguetes en su lugar. 
Pero ya sea mamá, un abuelo o un adulto observa que el niño no lo hace y en lugar de llamar al niño a cumplir la obligación encomendada, lo hacen por él, argumentando querer evitar problemas y entonces el verdadero problema surge cuando el pequeño aprende que si deja de hacer sus deberes no pasa nada porque alguien más se encargará de hacerlo.

Conviene que las personas adultas reflexionemos sobre nuestro grado de responsabilidad; no debemos exigir a los hijos lo que no nos exigimos a nosotros mismos, en gran medida el ser responsable, se aprende imitando y observando las conductas de los adultos. 

Antes de exigir o proponer una tarea, es necesario que comprobemos si cuenta con un espacio adecuado, tiempo disponible y si sabe hacerlo. 

La paciencia y tolerancia son actitudes imprescindibles de los padres y madres que quieren ayudar a sus hijos a ser responsables y entender que no siempre pueden realizar una tarea perfecta, que pueden equivocarse y que esas equivocaciones pueden ayudar en su proceso de aprendizaje. 

Vamos paso a paso, pero firmes, constantes y congruentes...

🐶 Debemos mostrar confianza, hacerle sentirse capaz de realizarla bien y darle seguridad.
🐻 Explicar con claridad y con pocas palabras qué deseamos que haga y comprobar que lo ha entendido bien. 
🦁 Nunca hagas tú lo que el niño es capaz de hacer por sí solo.
🐸 No lo ayudas facilitándole la tarea.
🐵 Observa las posibilidades y grado de evolución de tu hijo y adecua el grado de exigencia y el tipo de responsabilidad de acuerdo a su crecimiento. 
🐯 Es conviene proponer la posibilidad de elegir entre dos opciones (vamos al cine o al parque) por qué en el ejercicio de la elección se aprende a tomar decisiones. Cuando se elige, hay un compromiso y un riesgo: el compromiso de experimentar lo que elige y el riesgo de equivocarse. De este modo, el niño aprende a tolerar la frustración y a asumir las consecuencias de lo que realiza. 
🐼Nunca permitas que abandone la tarea elegida porque así favoreces su inconstancia y puede adoptar conductas caprichosas e impulsivas y convertirse en adultos que nunca concluyen lo que empiezan. 
🐷 Debes estar atento a los progresos en autonomía personal o en hábitos de responsabilidad.
🐨 Refuerza las conductas que indiquen progresos manifestando tu aprobación. 

🐥 En caso de incumplimiento por olvido, deberá asumir las consecuencias. 
🐌 Valora lo que ha hecho, exprésaselo con muestras de afecto y muestra tu satisfacción por su colaboración en el buen funcionamiento de la familia. 
🐞 Si la tarea no se ha finalizado o no está bien hecha, ante todo y en primer lugar, valora su actitud, destaca los aspectos positivos e indícale en qué puede mejorar. Dale muestras de confianza, permítele que pueda rectificar y anímale a que lo intente de nuevo. 

Esto nos llevará a formar individuos autónomos. 



Por eso la responsabilidad y la autonomía van de la mano.



Te recomendamos leer el tema "Errores que cometen los padres" en donde encontrarán ejemplos de acciones que forman hijos irresponsables e incapaces de valerse por sí mismos.


Artículo escrito por: Psic. Ana Luisa B. 


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