El aprendizaje depende no sólo de los conocimientos, el desarrollo, la madurez y las capacidades, también del interés y la motivación que se tenga, por consiguiente la voluntad, actitud y motivación son determinantes para alcanzar el proceso de aprendizaje.
Cuando quieres que un niño aprenda algo nuevo o realice una actividad determinada para la que sabes tiene las capacidades y habilidades necesarias, y él se niegue o no obtenga resultados, ocúpate primero de motivarlo, tal vez ahí esté la clave de su negación.
Para aprender es imprescindible "poder" hacerlo, lo cual hace referencia a las capacidades, los conocimientos, las estrategias, y las destrezas necesarias (componentes cognitivos), pero además es necesario "querer" hacerlo, tener la disposición, la intención y la motivación suficientes (componentes motivacionales).
Aprendizaje = Motivación (interés / voluntad) + Capacidades (conocimiento / desarrollo / madurez)
La motivación puede definirse como una fuerza que moviliza al ser humano hacia determinadas metas, creando o aumentando el impulso para hacer algo o dejar de hacerlo según sea la necesidad. La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta.
Por naturaleza el hombre presenta la motivación por aprender cosas nuevas, cuando desaparece esta motivación es porque algo está obstaculizando este proceso.
Los aspectos que generalmente truncan la motivación por el aprendizaje se encuentran irónicamente en el ámbito académico, porque la educación tradicional está cargada de estándares, evaluaciones, exceso de límites, falta de retroalimentación positiva y tiempos; siendo estos factores los que determinan el rumbo y voluntad que motiva a los alumnos. Entonces se pierde la motivación por el aprendizaje y aunque se continúa aprendiendo; los logros ya no son impulsados por el amor a aprender, sino por otros factores que no necesariamente reflejarán los conocimientos y el gusto por aprender de un estudiante, ya que los resultados obtenidos son dirigidos por el miedo al fracaso (reprobar) o el deseo de éxito (obtener un 10)
Por ejemplo imagina que a un niño de 5 años le surge un interés especial por conocer acerca del espacio, los planetas, vida en otros mundos e infinidad de temas relacionados y en casa le fomentan su interés poniendo a su alcance libros, juegos y materiales que le permiten adentrarse en el tema y alcanzar muchos nuevos aprendizajes cada día, pero al llegar a los 8 años y empezar a ver este tema en clases de pronto pierde el interés porque cada que el niño quería aportar algo, la maestra le decía que era el turno de sus compañeros, además le empezaron a limitar el tiempo para trabajar en este tema, le dijeron que se podía exponer y que no, debía cumplir con exámenes y tareas específicas referentes al tema y se cuarto la iniciativa y creatividad del niño porque no había tiempo suficiente para sus ideas, entonces un buen día este pequeño se desmotivo por completo y abandonó su pasión e interés por el tema y simplemente se dedicó a cumplir con sus tareas.
Algunas escuelas buscando subsanar esté agujero negro, están implementando el aprendizaje por proyectos y otros métodos que no atenten contra la motivación del alumno por alcanzar un aprendizaje puro, dejando de lado las tareas diarias, las calificaciones o descalificaciones, liberando tiempos, siendo más flexibles y guiando positivamente al alumno.
Por ejemplo; ahora imagina la misma situación del niño de 5 años que ama aprender sobre el tema del espacio, pero ahora al llegar a los 8 años le dicen en la escuela que debe hacer un proyecto en el que debe desarrollar un tema científico de su interés, en el que se deben reflejar todos sus conocimientos y habilidades. El niño cuenta con 4 meses para desarrollar un proyecto escrito y gráfico en donde además de reflejar cada concepto visto en sus asignaturas, podrá dar rienda suelta a sus conocimientos sobre el tema. Seguramente no sólo continuará motivado, además puede descubrir todos sus alcances cognitivos y creativos.
Mantener el interés y motivación de los estudiantes no es fácil, pero las escuelas que descubren la magia de mantener encendido este motor, normalmente invierten menos tiempo en disciplinar a los alumnos o en alcanzar aprendizajes significativos; porque los niños no cumplen sus deberes por miedo a no alcanzar un estándar, lo hacen porque les interesa aprender y por lo tanto mantendrán mayor tiempo su atención, evitarán conflictos y se centrarán en sus logros.
Las escuelas tradicionales no son las únicas que atentan contra la motivación de un niño, en ocasiones surge desde casa, cuando por un nivel exagerado de exigencia se pierde el objetivo real del aprendizaje, convirtiendo la escuela en una simple competencia por alcanzar notas y primeros lugares. O cuando al niño le surge un interés o anhelo y es descalificado atropellando su motivación.
Otros factores que pueden afectar la motivación de un niño son los problemas familiares, la baja autoestima, el maltrato, el abandono, las exigencias poco realistas, el miedo y más, pero eso es historia para otros temas....
Ahora veamos ¿Cómo motivar a los niños? 👈🏼
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Artículo escrito por: Psic. Ana Luisa Brocado
Referencias:
Díaz Barriga Arceo, Frida & Hernández Rojas,Gerardo (2010). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo, Ed. Mc Graw Hill.