Muchos padres en la búsqueda de tener hijos maduros y diferentes, toman la decisión de romper la ilusión y las falsas creencias cuando los niños son muy pequeños y sin más; les dices que no existe Santa Claus, ni los Reyes Magos y mucho menos el Ratón de los Dientes. Acostumbran a hablar con ellos de manera despectiva de juegos y actividades infantiles.
Es respetable la manera en que cada padre elige educar a su hijo, sin embargo hay que tener cuidado porque algunas decisiones pueden tener consecuencias no tan positivas en el desarrollo de la personalidad del niño.
Es respetable la manera en que cada padre elige educar a su hijo, sin embargo hay que tener cuidado porque algunas decisiones pueden tener consecuencias no tan positivas en el desarrollo de la personalidad del niño.
Alimentar la ilusión en nuestros hijos, favorece su calidad de vida y su felicidad. La ilusión y la imaginación de un niño es un arma muy poderosa que bien orientada, le ayuda a superar pérdidas y curar heridas emocionales.
Al mantener viva la llama de la ilusión de un niño, será muy sencillo orientar sus conductas y enseñarle valores con el uso de cuentos o pequeñas historias.
Un niño con ilusiones es más positivo ante el presente, cree en el futuro, confía en sus padres y en él mismo y sabe que si lo puede soñar, lo puede lograr.
Los niños que por alguna razón perdieron la ilusión (por que sus padres así lo decidieron, por algún trauma o mala experiencia) tienden a ser desconfiados, no disfrutan de la vida con la misma plenitud e intensidad que lo hace un niño ilusionado y en ocasiones son tan racionales, que incluso cuestionan el amor de sus padres.
La imaginación es uno de los factores fundamentales para fomentar la ilusión, por eso debemos leer cuentos, ver películas animadas, cantar canciones divertidas, realizar juegos locos, cultivar las creencias mágicas, en las hadas y en los seres fantásticos. El hacerlo no sólo hará sentir bien a los niños, nosotros nos contagiaremos de su alegría e ilusión al verlos felices.
Es importante aprovechar cada fecha del calendario para fomentar la ilusión en los niños; los Reyes Magos, compartir cartas de amistad, preparar el baile del día de la madre, ir de día de campo, poner una ofrenda, participar en un concurso de dibujo, tener una noche a la semana para hacer cosas divertidas en familia. En fin las oportunidades de hacer feliz y fomentar la ilusión son infinitas en la niñez.
Fomentar la ilusión en familia nos dará momentos felices y emocionantes que enriquecerán la vida de cada miembro y alimentará la ilusión de todos, tan importante para la batalla diaria.
Ana Luisa Brocado
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